martes, 25 de junio de 2013

Acuarela de un Retrato en Bicicleta

Recuerdo esa mañana en donde las cometas volaban tan alto que se perdían entre manchas de algodón, y la brisa me despeinaba el cabello negro azabache, mientras mis ojos brillaban al rodar mi bicicleta por las calles efímeras de la gran ciudad.

En medio de mi silencio, mis sentidos se estimulaban con los versos del viento, las ironías del movimiento se percibían cuadro a cuadro como si mi pupila fuera un mágico lente fotográfico que se emocionaba con el ambiente cenizo y volátil de un espacio donde sollozaban los árboles, y murmuraban al verme pasear con mi moñito de pepas blancas que se agitaba al compás del melódico pedaleo.

El largo trayecto en que las horas eran armonías agitadas y elocuentes, se frenó en seco frente a un lago de cristal. Camino sin prisa, me asomo y veo mi reflejo teñido de matices de mil colores que me hipnotizan y me arrojan en el cosquilloso pasto de donde brotan burbujas escarchadas que viajan entre las olas de mis pensamientos y me hacen mirar fijamente al cielo… Se prolonga el silencio, suspiro, sonrío y pienso: Esa nube se parece a ti. 



jueves, 20 de junio de 2013

¿Seguro que los Hombres vienen de Marte?

Luego de convivir durante una semana con un virus radioactivo, alienígena y hasta sutilmente acomodado, adherido a un sin número de afanes laborales, puedo continuar con mis tareas y delirios de este Blog. Pero creo que hoy simplemente me iré al carajo y hablare a calzón quitao’ sobre los HOMBRES (por lo que veo el virus me afecto el cerebro y aun ando dopada por el Noxpirin).

Empezare tocando el lado lloretas, quejetas panderetas que suele convencerme que aunque ellos vengan de Marte y nosotras de Venus, de vez en cuando a ellos les gusta pegarse la rodadita y untarse de los sentimentalismos venusinos. Los papeles se invierten y nosotras dejamos de ser la “delicada rosa”, “la loca hipersensible”, “la drama queen” para pasar a ser ELLOS unos verdaderos doctores Jekill que mutan en una sobredosis hormonal de shows, pucheros y dignidades orgullosas.

Aquí es cuando se empieza a denominar esta anomalía masculina con el nombre común de la Real Academia de la Lengua Española: El Princeso. Te llaman al celular, a cualquier hora del día esperando a confirmar que son lo más importante en tu vida y eres capaz de suspender todo para responderle a sus llamados de auxilio de damisela en peligro desde una torre alta en medio del bosque. Cuando tu devuelves la llamada, simplemente ellos entran en su dignidad impenetrable y sus histéricos pucheros (aquí vienen las típicas preguntas: “¿porque no contestabas? ¿Que era más importante que yo para no contestar?” “Ya no tienes tiempo para mi”) Tu le explicas pacientemente y con dulzura para que al Princesito no se le caiga la corona del soponcio que sufre mientras escucha lo que para él son excusas. Ni con mensajitos, ni corazones, ni besitos se les pasa el berrinche y el drama sale a flor de piel de forma espontánea y casi natural.

El Quejetas suele no solamente armar show con temas como porque sales con tus amigos pero no con él, “tienes tiempo para los demás, pero para mí nunca”, sino también hasta en los momentos en que comparten juntos, y preciso anda enfermo, flaco, ojeroso y sin ilusiones porque ya cree que lo desahuciaron y esta en su lecho de muerte por una enfermedad incurable: Gripa, o en otras ocasiones tu mirada decide enfocarse en algún sutil granito de la espalda o de la cara, el cual te hace cocos y fieros para que lo liberes de su prisión cutánea, es aquí donde el Princeso empezara a prepararse para ganarse el Oscar a mejor actor de reparto y hará reclamo como si estuviera en paro de sindicatos de trabajadores en la Plaza de Bolivar, y será de lo más hipersensible, le saldrá hasta una lagrima y un “Ayyyyy no me molestes más, me duele mucho, me va a salir un grano mutante del pellizco que me hiciste”, y ni hablar de que le jales un simple bellito de la pierna, el apocalipsis se produce en tan solo un segundo y tu quedas como el mismísimo diablo cachón, en pocas palabras, de lo perverso y tú.

Pero a veces este mar de hormonas confundidas se calma y se transforma en sapo bufo, berrugoso, sin reino y sin corona, un mamerto de lo más primitivo y peludo, que se pega sus eructos en la mesa, que te bota el escupitajo en plena calle, que te cuenta sus porquerías sexuales como si fueras el más parcero de los parceros y antes hasta te hace la obra de teatro con títeres, plastilina y maromas para que sea mucho más lúdica y entretenida a tus delicados ojos. Pero hay una cosa que me puede desagradar más que el titiritero porno o el ogro con alteraciones patológicas, y es la cogedera o rascadera del mercado todo el tiempo. De esto he llegado hasta pensar y querer preguntar “¿Acaso tiene las pelotas tan grandes que la gravedad las jala y se las tiene que acomodar todo el tiempo para que no se les desjeten en el pantalón?’” (Sé que sonó de lo más ordinario, pero hay que manejar el mismo disléxico involuntario de uno que otro personaje en estudio)

Este exceso de masculinidad y guachada, no solo se refleja en sus problemas gastrosalivopelotudas sino en sus comportamientos de patán y mero macho que algunos suelen ejercer en las relaciones de pareja. El chico malo que nos hace sufrir, por el que lloramos cada noche, comemos  potes enteros de helado y hasta nos ahorran la plata del gimnasio porque nos ayudan a bajar unos kilitos con las tusas corta venas (Esto es tema fijo para sacar los trapitos al sol de féminas alborotadoras y peje lagartos por igual, escuchando alguna canción cantinera, pero ya será en otro post).

Pero bueno, a la final aunque los hombres se vean supremamente graciosos haciendo shows de mujer (sé que más de uno tendrá cara de vergüenza en estos momentos y les entrara el cargo de conciencia en 5..4..3..2..1..Plop!), o sean de lo más orangutanes rascándose el trasero en cualquier arbolito, los queremos y nos hacen vivir emociones intensas, carruseles del corazón, montañas rusas de emociones y es que bueno, a veces pedalear por una carretera recta, aburre... Next!

Así que recuerden, cualquier cosa que digas o hagas será usado en tu contra sobre todo cuando andas de mamerto, si tú, chico volátil con cambios de luna menguante. Pero ante todo, hombres y mujeres, si se van a enamorar no empeñen su corazón por 5 centavos, háganlo con una persona que despierte sus más bellas cualidades, sus más sinceros sentimientos, sus más bajos instintos, y que les haga subir la bilirrubina a la cabeza cuando se miren a los ojos, aunque bueno, de forma más chupistica, a cada marrano le llega su noche buena! 




domingo, 16 de junio de 2013

Un globo rosa para besar las nubes

Déjame volar en ese globo rosa con mi vestidito lila de muselina. Quiero sentir la adrenalina de ver como se achican las casas mientras nos elevamos entre las nubes de algodón y los corazones etéreos prendidos en el viento.

Siento una rara sensación de vacío en mi estómago mientras toco el cielo, y las estrellas de espuma me pintan los ojitos de purpurina, para que juegue con los pececitos estelares que me sumergen sin compasión entre las olas del amanecer que lavaran nuestros días, y pintaran con plumilla nuestros besos anaranjados de otoño. 


jueves, 6 de junio de 2013

Me las corto o me las dejo crecer

Cuando te pregunten que andas haciendo o que es de tu vida, admite que andas bochinchoso, berrinchudo, ojeroso sin ilusiones, y hasta solo sin amor. Claro está, que el pobre pendejo que tienes al frente se sentirá trágame tierra y ante tal respuesta con ataque de sinceridad incluida intentara zafarse con alguna habitual frase de cajón “Fresca, habrán tiempos mejores” o “No hay mal que por bien no venga”.

Asúmelo con toda la tranquilidad del caso, incluso si tu trabajo es hueso duro de roer o si por el contrario te quedaste desocupado sin trabajo, la tarjeta del Transmilenio se quedó sin pasajes, no te dan pronto una cita médica en la EPS, pa’ colmo de males andas sin novio, y te quedas sin un mísero peso ahorrado como para irte de paseo el puente y escapar de la rutina marciana. Como en estos típicos casos Mamá siempre sabe que decir y saca su repertorio chupistico “Se la llevo la roya” (supongo que porque tenga cara de grano de café Aguila Roja)

Las semanas, los días, y las horas pasan aunque al principio no sean tan graves. Tienes tiempo para ti, para tus vueltas, mandas un millón de hojas de vida, le metes la ficha de Lego al trabajo, compras de nuevo pasajes de Transmilenio en alguna estación, te mandas a tusar la cabeza, comienzas a meterte en cuanto curso haya hasta de repostería aunque la cocina y tu sean enemigas mortales, entras al gimnasio para saber que eres una completa abuelita que le falta aceite de cañon al correr 2 minutos para terminar bebiendo 5 botellas de agua y para rematar levantas una pesa de 2.5 Kg como si fuera una tractomula (algo que hasta un niño de 5 años puede hacer), y te reúnes con todos los que puedas para saludarlos y que no se pierdan en la distancia.

Intentamos hacer todos esos planes esporádicos que antes por “falta de tiempo” no hacíamos. Me propuse una noche a escuchar unos CDs de inglés que encontré arrumados en mi biblioteca. Me puse a mirar los libros y me parecieron divertidísimos, coquetos ellos, y me dije a mi misma “mi misma debes practicar ese idioma tan importante al que le haces cocos por socarrona”, los puse en mi viejo reproductor de CD y arranque: “Hello, I’m Martin Learner”… Hi, I’m… Chicken… Rechicken… zzzzz…zzzzz…zzzzz…. Cual morsa me levante murmurando tan solo “The books on the table”.

Luego de un tiempo las cosas se vuelven pesadillas. Es como lavar la ropa y mezclar las prendas de color con las prendas blancas, sabes que algo coloridamente torcido saldrá de allí.  La espalda te duele de tanto dormir, o de estar horas y horas sentado frente a un computador en la oficina, o porque en el gimnasio te vieron cara de macho men. Sientes vergüenza de salir a la calle despelucada, sin maquillaje, con la ropa que primero encuentras y hasta con medias diferentes (no falta del afán salir con las pantuflas de vaquitas, si, créanme suele pasar). Llegas en la noche a casa, Papá te abraza y te pregunta que tal tu día con una gran sonrisa mientras ve su pelicula favorita “Ratatouille”, y Mamá como siempre te llama “Ratonsito Perez” y te sirve comida porque sabes que eres una total inútil que llega valiendo menos que la nada (pensándolo bien mis Padres tienen sus rollos con los roedores)

Las jornadas son al extremo inmamables. Esperas con ansias el fin de semana para salir con algunos amigos a algún plan zanahorio o de rumba si es el caso de que tengas alborotada la bilirrubina. El fin de semana se acaba tan rápido, ni siquiera lo ves llegar cuando ya se va y vuelve lunes, y martes y eternamente se queda en lunes. Parece una broma de Saw, como que te ven la cara de Gin Tonic todo el tiempo. A veces piensas a lo largo de la semana por horas y horas ¿A quién llamo? Es ahí, cuando toda mi vida mi tía ha sido mi mejor amiga y compinche, siempre disponible y amorosa para mí. Tenemos todo en común: Trabajo de esclavos, sin compromisos sentimentales y justo por algunas semanas que andaba con pata de yeso porque se fue de jeta contra el planeta, era toda para mí. Pero eso tan bueno no duro tanto.

Fue cuando decidí retomar de nuevo mi vida. Era el momento de realizar mis sueños, hacer ejercicio ya era más que una realidad, era un acto de fe y convicción, cantar en la ducha tenía que ser evento de concierto, cursos hasta de como calentar leche sin que se te queme la olla para que el cerebro se alimentara de algo productivo y me puse con juicio a aprovechar el poco tiempo que tenía disponible para hacerlo.  

Fue entonces, cuando entendí que por más momentos caprichosos que arrebaten tus horas en cosas sin sentido, uno debe convencerse de quien es y de cómo hacerle buena cara a las circunstancias que te lleguen y de incluir ciertos hábitos a tu vida para ser mejores cada día. Es así, como alisto mi reloj despertador a las 5 de la mañana, me propongo a terminar un libro que llevo casi 2 meses haciéndole el quite “La Cabaña” de Paul Young: “Parecia que apenas acabara de caer en un profundo reposo sin sueño”… Chicken…Rechicken… zzzzz….zzzzz… 6 de la mañana… ¡Maldita sea de nuevo me quede dormida! ¡Otra vez voy a llegar tarde al trabajo!



lunes, 3 de junio de 2013

Dulce Comienzo

Este es un Blog de fanfarronadas y cursilerias varias que le hechan un vistazo lleno de colores, líneas y divertidas palabras a un mundo orate de emociones intensas, encuentros mágicos, tusas supeditadas o simples tertulias de la vida cotidiana plasmadas en fotografías, frases inéditas o párrafos muchas veces sin sentido, satíricos, exagerados, jocosos, esponjosos, ridículamente cursis o llenos de indirectas pero que te tocaran al menos una pequeña fibra de tu abullonado cerebro rosa.

De esta forma Mis Queridos transeuntes ciberneticos les doy la más fresa bienvenida a todos ustedes a este espacio que los chiflara, los ayudara a encontrar algún sentido, a desintonizarse de las frecuencias radiales de sus corazones, a reírse a carcajadas, a llorar como cocodrilos o simplemente a desenchufarse del confabulado cosmos con un mundo paralelo al de ustedes. 

Les dejo un obsequio ilustrado con cariño.
Besos y Amores de Mil Sabores.