Me enamore
de este poema en mi infancia. Me imaginaba cruzando indiferente por el tiempo,
mientras una borrasca efímera levantaba mis pesares al viento, y solo las emociones
iban a consumirse entre mis manos.
Cada
palabra resonaba en mis sentidos, y se hacían constantes en mis pensamientos. Es
como si García Lorca contara mi historia en sus versos. Como si me rozara las mejillas,
secara mis lágrimas y me acompañara a ver las estrellas mientras al pasar dejo
mis huellas.
Simplemente
va más allá de un sincero gusto literario. Es una ráfaga de amor, que jamás se
olvida.
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