domingo, 8 de septiembre de 2013

Los besos de Sapo

Siempre he querido expresar mi curiosidad ante el poder que tiene un beso de dar muchas respuestas, de expresar tantas cosas sin necesidad de una palabra, tan solo usando un lenguaje un poco inusual de miradas, roces de narices, abrazos y una caricia sutil en las mejillas. Creo que muchas veces en los labios se producen mil sensaciones que ni nosotros podemos explicar, se mueven músculos que ni sabíamos que existían, pero son tan placenteros que en menos de nada establecemos sin pensarlo un lindo acercamiento con otra persona que llega a ser muy especial. ¿Qué se puede decir acerca del beso que millones de poetas, artistas y músicos han expresado en sus utopías? En realidad, la simple acción de besar tiene su propio arte.

En estos momentos hay muchos estigmas, y hasta el beso se convirtió en algo tan vacío que solemos besar muchos sapos pensando que son príncipes azules que saldrán a rescatar a su damisela de su encarcelada soledad. Si todos recordamos ese primer beso, un poco experimental y sutil, podemos ver las sensaciones y la magia alrededor de este, que muchas veces causan nostalgia; que a veces creemos que jamás se repetirán esas bonitas emociones. Lo mismo sucede muchas veces en una relación; pensamos que jamás volveremos a sentir esa tierna sensación del primer beso, de enamorarnos ciegamente o los sentimientos que explotaron cada día con esa persona.

Pero no es así, dar un beso muchas veces se convierte en un desafío romántico que eleva la picardía, las revoluciones del corazón, te flota la bilirrubina, y vibraciones vuelan en el viento de forma tan mística, casi tan imperceptible y emocionante, aún más que el primer beso. Cada beso es un acercamiento y una posibilidad de lograr una mayor intimidad con otra persona. Nuestro cuerpo responde sin fundamentos a un torrente de hormonas alborotadas y caóticas que provocan temblores de quinceañera, calor de playa, tensión de exámenes finales, sudoración de deportista consagrado y una receta culinaria que termina con una pizca de libido sexual. Nuestro cerebro entra en acción liberando endorfinas que nos hacen sentir estúpidamente felices mientras nuestros labios se posan en otros en un encuentro furtivo. 

En esta práctica del beso, muchas veces somos bolas de sentimientos que ruedan por desiertos secos de corazones rotos que en algunas ocasiones no llegan a enchufarse por miedo a ser lastimados, porque simplemente no hay una conexión o porque no quieren ir más allá de simples encuentros casuales. Siempre se deben establecer las reglas del juego para saber a qué atenerse, aunque claramente las mujeres muchas veces meten la cabeza en el agujero al entregar primero el corazón que la razón. En esos casos, hay que ir despacio porque solemos estrellarnos ante situaciones de “no quiero nada contigo, eres simplemente un goce de momento”.

A los hombres muchas veces los comparamos con simios tan primitivos que solo los manda el instinto y otras cosas que ni son la cabeza ni el corazón. Pero nos equivocamos, los hombres pueden llegar a valorar los besos, los abrazos y las caricias más que las mujeres. A veces a ellos les gusta sentirse tan especiales y consentidos como a nosotras, y andan tan chévere como un pin pon con la felicidad revoloteando por sus mentes. 

Pero hay miles de significados de los besos como significados de palabras en los diccionarios. Pero, ¿Qué tan ciertos son esas connotaciones en nuestro tiempo?

Un simple beso en la mejilla tiene muchas interpretaciones. Para muchos no llega a significar nada, para otros es algo tan especial e irreal que les parece de otro mundo. Aunque uno debe estar muy cagado para dejar volar la imaginación y pensar en tres hijos, un perro y una casa en la luna con un beso de este estilo. 

Un beso en los labios antes podía llegar a significar un “Te amo” o “Quiero ser tu novio/a”. Algo muy lleno de pasión e intenciones que en la actualidad no tiene ninguna de las dos connotaciones en muchas cosas. Ahora es por simple gusto, o porque no tengo más que hacer que vamos a darle un beso al que está sentado en la esquina del bar. Se convirtió en algo tan vano y sin profundidad que hoy en día es un deporte frívolo más no un detalle lleno de misticismo y sentimientos. 

Los besos en el cuello y las orejas ya tienen una intención mucho más erótica e íntima en relación con otros besos que son mucho más pasivos e infantiles. Realmente si quieren llegar a seducir a una persona, estos besos son más que armas mortales, y están envueltos en una energía de juegos y travesuras que se convierten en algo fascinante. 

Los besos en las manos ya son un poco más caballerosos y medievales, pero en mi forma de ver son tan dulces y tiernos que cuando lo hacen me parece que insinúan confianza de parte de quien lo da, y esto es bastante especial. 

Bueno, debo admitir que todo el articulo estuvo bastante científico basado en curiosidades y experimentos básicos vividos o relatados. Pero vayamos a una parte osada de este tema que me llena de interrogantes la cabeza cada vez que lo pienso: ¿Por qué para encontrar el verdadero amor hay que besar varios sapos? 

Hay mucho sapo mamerto o interesante, pero sapo al fin de al cabo. Los príncipes azules no existen chicas, son solo producto de nuestra imaginación insolente idealizada por Disney, que cree que llegara a darte un beso de amor verdadero un modelo de Calvin Klein en calzones a la medianoche cargado de flores, pajaritos que trinan, ardillas que hablan y enanos despelotados. Pues no, en mi humilde razonamiento el Príncipe azul no nace, se crea. Todo es un proceso que empieza desde un sapo tímido, visualmente viscoso y verrugoso que mientras salta se va acercando a su anhelado perfil de Caballero ideal. 

Ahora, si no puedes contra algunos sapos primitivos que siempre se quedaran como chandosos del pantano, pues diviértete con ellos y se feliz. En algún momento, si el destino te lo pone en frente es porque de cierto modo esa persona puede llegar a traerte una experiencia en tu vida, y para esto debes aprender a aceptar las perdidas, para encontrar cosas nuevas que pueden llegar a ser un completo espectaculo. 

Así que, no dejen que los hagan ver las estrellas, cuando los estrellen como una torta contra el pavimento. Deben aprender a quererse a sí mismos, no se sientan mal, todos somos hermosos y algún día llegara la persona indicada a la que le podamos dar muchos picos sin cansancio. Créanme que llega, solo es cuestión de esperar. Pero no se dejen llevar por la mayoría de hombres y mujeres que conozcan, de que existen buenos corazones, existen. Solo hay que saber darse cuenta cuales son. Pero mientras tanto, besen a los sapos que sean, puede que siempre se queden como sapos, sean feitos, gorditos, bajitos y verrugosos, tarden en convertirse en príncipes pero si se queda despierto para verte dormir, te besa para subirte a la luna, y te trae galaxias de chocolate, atrévete y quédate con él o con la dulce princesa de tus lindos sueños.



2 comentarios:

  1. Y por aquello de los cuentos de hadas, una buena ayuda literaria ¡¡¡Las princesas que creían en los cuentos de hadas!!! por Marcia Grad.

    ResponderBorrar
  2. Me parecio muy lindo Kta. Tiene mucha intimidad y una narración muy bonita. Picos

    ResponderBorrar